Agustín, Su tiempo y sus vidas

Doctrinas agustinianas

Se escriben miles y miles de páginas sobre los detalles de las doctrinas agustinianas en una miríada de temas de interés filosófico y religioso. Dada su influencia, a menudo se le pide su opinión sobre controversias (desde la "inmaculada concepción" de María hasta la ética de la anticoncepción) que apenas imaginaba o con las que apenas podía hablar. Pero los temas del Dios imperial y del yo contingente son profundos y van lejos para explicar su negativa a aceptar las doctrinas maniqueas de un poderoso diablo en guerra con Dios, o el particularismo donatista frente a la religión universal, o las reivindicaciones pelagianas de autonomía y confianza humanas. Sus opiniones sobre la sexualidad y el lugar de la mujer en la sociedad han sido probadas y encontradas deficientes en los últimos años, pero también tienen raíces en la soledad de un hombre aterrorizado por su padre... o su Dios.

Arte medieval y renacentista

Al final, Agustín y su propia experiencia, tan vívidamente mostrada y al mismo tiempo velada en sus Confesiones, desaparece de la vista, para ser reemplazada por el sereno maestro representado en el arte medieval y renacentista. Vale la pena recordar que este maestro terminó su vida en medio de una comunidad que temía por su vida material y eligió encerrarse en sus últimos días en una habitación por sí mismo, colocando en una pared donde podía ver los textos de los siete salmos penitenciales, para luchar por última vez con sus pecados antes de ir al encuentro de su creador.

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Agustín, Su tiempo y sus vidas

El mundo de Agustín se ha transformado en la última generación. Desde Gibón, al menos, los siglos IV y V han sido marginados en la imaginación histórica incluso de los especialistas. El triunfo de la barbarie y la religión era una historia demasiado buena para ser ignorada, y la evidencia era abrumadora e inequívoca.
Pero a partir de los años 60, el concepto de "antigüedad tardía" nacido a principios de este siglo se utilizó para transformar nuestra comprensión del período. Los católicos franceses, los marxistas italianos y los filólogos alemanes tuvieron un papel que desempeñar, pero el apologista más persuasivo de la antigüedad tardía y el verdadero artífice de la revolución es la figura liminal Peter Brown - protestante nacido en Irlanda sobre quien, de niño, el emperador Haile Selassie impuso manos eclesiásticamente potentes reclamando ser descendiente de Salomón. Brown dejó su marca como biógrafo de Agustín y lidera, treinta años más tarde, la continua reimaginación de la edad de Agustín. La diversidad de ese mundo y la ambigüedad de sus transformaciones se pintan con colores cada vez más ricos, y con cada pocos años nuevos tramos de espacio y tiempo se infunden de nueva vitalidad. Los bárbaros y los cristianos de la época parecen ahora haber tenido más en común entre ellos y con sus compañeros romanos de lo que una vez pensamos, y las muchas culturas de ese mundo romano destacan ahora en mayor y más diferenciado relieve.